jueves, 3 de octubre de 2013
Amores precarios
A lo largo de muchos países se ha puesto de moda la práctica entre los jóvenes enamorados de prometerse amor eterno a través de una acción poética y pública. Me refiero a cerrar un candado que será depositado sobre algún barrote del puente de la ciudad y lanzar su llave, aquella que encierra su promesa de amor eterno, por la borda. Además, los enamorados escriben sus nombres para identificar su pequeño objeto de pacto: Paco y Silvia, Andrés y Paola, Susana y Jaume, Ana y Mateo,...
Sin embargo, hace apenas unas semanas en un puente de la ciudad de Mallorca los candados aparecían envueltos en una serie de mensajes algo más realistas:
"Ana y Mateo
#314.200€#
Caixa Catalunya
Te entrego mi vida".
"Marcos y Cristina
#89.000€#
Banco Sabadell
Parecía bonito al principio".
"Esther y Paco
#173.100€#
Sa Nostra
Esto es para siempre".
"Andrea y Marc
#371.200€#
Lloyd's Bank
No te quito de la cabeza".
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